Pasión vinotinto
El corazón de todos los fanáticos late con fuerza al saber que el equipo contrario amenaza con anotar un gol, y todos empezamos a alentar a la vinotinto con gritos eufóricos que hacen temblar al estadio; la barra del otro equipo es opacada por la nuestra, que cada vez se hace más fuerte. Antes de que acabe el primer tiempo, el equipo contrario anota un gol, pero no es momento de tristeza hay que seguir apoyando a nuestra selección.
El segundo tiempo va a comenzar, a lo cual vemos que nuestros jugadores salen más activos y dispuestos a todo. La fanaticada venezolana enloquece y empieza a cantar, mientras que otros adornan el estadio con hermosas pancartas, ese es un momento en el que los jugadores observan al público y se sienten orgullosos de que esas personas sean el motor que los ayude a seguir adelante en cada juego.
El silbato suena y sabemos que empezará otro tiempo lleno de muchas emociones, en el cual tenemos nuestras esperanzas puestas en el equipo que nos representa en el futbol; muchos rezan para que obtengamos la victoria.
Faltan veinte minutos para la culminación del juego, la ansiedad es notoria en los rostros de la fanaticada; unos se muerden las uñas y otros no dejan de mover una pierna involuntariamente, pero en un momento dado todos se levantan y empiezan a ponerse más nerviosos, La Vinotinto está a punto de anotar un gol.
La barra se silencia y con desesperación esperan la anotación, el jugador sabe que toda la atención está puesta en él y hace lo imposible por anotar un gol, y lo hace, logrando así empatar el juego.
En la barra se ve a la gente sonriendo, gritando y saltando de alegría. El juego continua normal hasta que empiezan a faltar solo cinco minutos para su culminación, el ambiente se pone tenso y las barras de ambos equipos empiezan a gritar, es un momento épico, en el que cualquiera de los equipos podría llevarse la victoria.
Uno de los jugadores perteneciente a la selección contraria, tiene la oportunidad de anotar el segundo gol para su equipo, y de nuevo el corazón de todos los presentes empieza a latir desenfrenadamente cuando el jugador patea, pero nuestro portero logra atrapar el balón y sonríe de orgullo por su gran hallazgo.
Nuestra selección toma el control del balón y logra anotar el gol ganador; de nuevo se emociona el estadio y culmina el partido, saliendo victoriosa La Vinotinto. Los cohetes se oyen por todo el país, las personas salen de sus casas luciendo la franela de la selección, y en las redes sociales el tema es “Victoria de la Vinotinto"
Venezuela se une cuando La Vinotinto juega, empezando desde aquellos que escuchan el juego en la radio, lo ven en la televisión o tienen la gran oportunidad de asistir al partido. No importa donde estés ni como presencies el juego, lo que vale la pena es apoyar a La Vinotinto y sentirse orgulloso de ello.