ANDRÉS EL NIÑO ENTUSIASTA Y SUS AMIGOS EMPRENDEDORES
Andrés un niño como muchos otros, con sueños e ilusiones y con carencias económicas; pero con ganas de salir de esa situación. Esa era una de sus mayores metas: “Ganar dinero y sacar a su familia de la miseria en que vivían”
Andrés se levantaba muy temprano, se vestía y se dirigía a la escuela; salía de clases sólo con una intención: JUGAR PELOTA CON SUS AMIGOS. Llegaba a su casa, se quitaba el desgastado pantalón que tenía de uniforme y la camisa blanca, ya casi transparente de tanto lavarla.
Su mamá le gritaba: -Andrés, ven a comer- ; ¿Tienes tarea? Y él se engullía de casi dos bocados lo poco de comida que tenía en el plato, y le respondía: - ya la hice mamá- Y corría velozmente hacia un espacio limpio y alejado de su casa, gritándole a sus vecinos y amigos cercanos: - Vamos a jugar pelota - (con una pelota en los pies hecha por ellos de goma de caucho y trapos viejos)
Al cabo de mucho rato, llegaban al lugar algunos niños, a veces solo 3 ó 4. Se quitaban las cholas o chancletas que usaban de arquería. Así iniciaba el juego marcando las reglas del mismo. – Somos 2 contra 2 para 5 goles – y si había otro niño ese era el árbitro. Jugaban una y otra vez, juegos interminables, hasta que llegaba la noche y se escuchaba a lo lejos llamar con voces diferentes: - ANDRÉS – JUAN – OSWALDO – TOMÁS - y cada uno regresaba a casa.
Transcurre la semana de clases. Por fin llega el fin de semana. Habrá mayor tiempo para jugar (piensa Andrés) Como todos los días salen los chicos a jugar con su pelota de fabricación casera; Pero esta vez es diferente. Sucede un grave incidente que termina antes de tiempo el juego. Juan en su esmero por hacer un gol, se tropieza y cae aparatosamente, causándose un gran dolor en una pierna. Algunos niños salen a buscar a sus padres y familiares, lo llevan al centro ambulatorio más cercano, donde le recomiendan que asista a un hospital de la capital.
Todos los amigos, vecinos y allegados están preocupados por lo sucedido y sin saber noticia del agredido. Ya casi anocheciendo ven llegar a un automóvil de donde sale ayudado por su madre el chico Juan con un yeso en la pierna. Asombrado, triste y acongojado Andrés piensa en voz alta ¿Cómo vamos a jugar ahora? Su madre que escucha el pensamiento dice: - Usted está castigado y no va a jugar más - El niño Andrés llora en silencio y piensa para sus adentros ( no es justo, no es justo)
Las otras mamás apoyan la decisión y acuerdan de igual manera, tampoco dejar ir a jugar a sus hijos a ese lugar que era tan lejos y que por eso era que había sucedido lo del accidente. Los niños se miran las caras y aceptan con resignación. Mas Andrés, no asimila la situación; se dedica a ayudar a su amigo Juan para que pueda realizar las tareas de la escuela.
Ya aburridos de hacer tareas, mandados y trabajos del hogar; una tarde aprovechando el descuido de las mamás los chicos salen a jugar y llevan al amigo lesionado en una carretilla para que fuera el árbitro. Las madres al percatarse de lo acontecido los van a buscar, discuten con ellos y les quitan el balón para que no puedan jugar. Andrés con rabia y desilusión piensa: (vamos a conseguir otro balón, esta vez, uno de verdad y de los buenos)
Al salir de clase como era costumbre Andrés se reunió con sus amigos a casa de Juan para ayudarlo con las tareas y les propuso trabajar para ganar dinero y así comprarse el balón nuevo. Algunos aceptaron, otro preguntó: - ¿De qué vamos a trabajar? Si somos pequeños ¿Quién nos dará trabajo? Andrés dijo: - Ya veremos qué hacemos – Pero, sí vamos a trabajar para comprar el balón. Al salir de clase mañana nos quedamos en el pueblo y vemos qué hacemos.
El otro día al terminar la clase, salen y recorren las calles del pueblo, miran de un lado a otro y se preguntan – Ahora ¿Qué hacemos? – Andrés dice: - Vamos a preguntar en las casas a ver quién tiene trabajo- Andrés ve a una señora barriendo un patio y le dice: - Señora ¿le podemos barrer el patio? Le recogemos la basura y nos da lo que usted pueda. La señora los mira y dice: - ¿Cuánto cobran ustedes, yo no tengo mucho dinero? Andrés le responde: - No importa, usted nos da lo que pueda cuando terminemos el trabajo; somos 4 y trabajamos muy bien. La señora aceptó la oferta y les abrió el portón a los chicos, los muchachos comenzaron a trabajar y recogieron la basura muy rápidamente; la señora agradecida les dio algunas monedas que aceptaron con gusto. Andrés dijo: - ven, que si nos dan trabajo, vamos a ver en otra cas qué podemos hacer- Y así fueron ofreciendo de casa en casa sus servicios: limpiar el patio de maleza, recoger basura, pintar,…
En algunas casas trabajaban y en otras no; pero empezaron a darse cuenta, que era mejor trabajar separándose que todos juntos, porque así podían ganar algo más de dinero. Pasaron algunos días y las mamás veían muy cambiados a sus hijos, llegaban un poco más tarde de la escuela y no se quejaban porqu