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Un día me encontraba con varios amigos malabareando en el semáforo. Normalmente se ha dado un prejuicio a los malabaristas del semaforo, en cuanto que hacemos de nuestras vidas fuera del semáforo. A pesar de que estudio en la universidad, a un señor le toco verme malabareando, a lo cual a él lo tomo como un trabajo indignate, pero se encontraba con su hijo, quien miraba impresionado. Su padre le dijo lo siguiente:
-ya ves hijo, lo que pasa por no estudiar
y su hijo le contesto felizmente:
-Papá, ya no quiero estudiar
Me sentí decepcionado por el prejuicio, pero feliz por haber visto a un niño que preferiría el malabar que un mal hábito (espero que no deje de estudiar por mi culpa XD)