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Aun lo recuerdo, la imagen de la ultima película vista con mis amigos transcurría lentamente al asomarse aquella luz amarilla que daba paso a la magnifica entrada, música de Nelson kanzela inspiraba el atardecer de los ahí transeúntes, con un caminar pausado, cinco clavas y cansancio en mi hombro, la estrategia estaba lista, dinero en grandes cantidades (pensé). mi acto final un flash de cinco,, una pequeña de tan solo 3 añitos asombrada vocifero -" A CANIJO"- fue y ha sido la mejor recompensa nunca jamas hecha.