< Atrás

 

Ese día, la primera vez que fui a la tienda de malabares, fui con ella. Se llama Lucero, una chica de lo mejor. Desde que comenzamos a ser novios hace ya dos años, sus papá siempre me miraban mal plan, como si fuese un "vago".
La primera vez que fui a comprar un diábolo a la tienda, estaba bastante emocionado, recién habían depositado mi beca y veníamos regresando de Parque México Lucero y yo. En fin, la fui a dejar a su casa y cuando se mamá me miró con mi nuevo diábolo, me observó de una manera aún más ojete. Posteriormente a eso no pasó mucho para que Lucero y yo termináramos nuestra relación y unas grande parte de la razón, fue que su mamá le metía cizaña diciéndole un buen de cosas de mí, pero no sólo fue eso, realmente le prohibió volver a verme, así fue como nos distanciamos. En esos ayeres, ya hace 8 meses, de triste ni salía para nada y lo único que me alegraba el día, era tan sólo malabarear, jugar con mi diábolo y hacer analogías acerca de todo lo que giró entre Lucero y yo, es como lo que gira el diábolo, porque simplemete es la relación más linda que he tenido, y como todo, hay altibajos, hay desórdenes, hay enredos, hay caídas, y sin embargo a lo triste que estaba, todo eso lo relacionaba con los trucos que podía hacer con el diábolo, sin excepción alguna. Con esas mismas analogías fue y es como sigo aprendiendo y aprendiendo, para evitar que el biábolo se enrede, se caiga o algo le suceda.
Y así fue, la alejaron de mí y fue así como entendí, que malabarear no te hace vago o callejero, pero en el transcurso de que aprendes, conoces a buenas personas, excelentes amigos, y otras más que sólo se burlarán de ti, refiriéndose hace nosotros los malabaristas como vagos, callejeros, nini's. Pero todos sabemos que eso es lo de menos, porque malabarear es lo nuestro, lo que mejor podemos hacer y discutir. Malabar se llama, varias ramas hay, y sin duda alguna, prefiero malabarear antes de estar cerca de alguien que sólo sabe criticar.